miércoles, 23 de junio de 2010

Amor... ese sentimiento

Amor es...
La fuerza que ayuda a realizar lo imposible
a soportar penas y dolores...
Capacidad de perdonar al prójimo...
Es vivir,
compartir… pedir perdón si has fallado alguna vez...
Es poder mostrar nuestro corazón de niño
sin tener que esperar nada a cambio...
Es poder expresar nuestros sentimientos
con el alma sin perder el cuerpo...
Es la energía de la vida,
la que nos impulsa hacia adelante.
Es como el viento, que sopla y se siente al pasar,
es como la lluvia fina que nos moja al caer...
Es como el canto dulce de un ave al amanecer,
es fuego que arde y no se extingue...
Es el sentimiento más noble, desinteresado,
humilde y generoso
que en el ser humano pueda existir.

el amor es la fuerza


Dime por favor donde no estás
en qué lugar puedo no ser tu ausencia
dónde puedo vivir sin recordarte,
y dónde recordar, sin que me duela.

Dime por favor en que vacío,
no está tu sombra llenando los centros;
dónde mi soledad es ella misma,
y no el sentir que tú te encuentras lejos.

Dime por favor por qué camino,
podré yo caminar, sin ser tu huella;
dónde podré correr no por buscarte,
y dónde descansar de mi tristeza.

Dime por favor cuál es la noche,
que no tiene el color de tu mirada;
cuál es el sol, que tiene luz tan solo,
y no la sensación de que me llamas.

Dime por favor donde hay un mar,
que no susurre a mis oídos tus palabras.

Dime por favor en qué rincón,
nadie podrá ver mi tristeza;
dime cuál es el hueco de mi almohada,
que no tiene apoyada tu cabeza.

Dime por favor cuál es la noche,
en que vendrás, para velar tu sueño;
que no puedo vivir, porque te extraño;
y que no puedo morir, porque te quiero.

POEMA DE UN RECUERDO

Dime por favor donde no estás
en qué lugar puedo no ser tu ausencia
dónde puedo vivir sin recordarte,
y dónde recordar, sin que me duela.

Dime por favor en que vacío,
no está tu sombra llenando los centros;
dónde mi soledad es ella misma,
y no el sentir que tú te encuentras lejos.

Dime por favor por qué camino,
podré yo caminar, sin ser tu huella;
dónde podré correr no por buscarte,
y dónde descansar de mi tristeza.

Dime por favor cuál es la noche,
que no tiene el color de tu mirada;
cuál es el sol, que tiene luz tan solo,
y no la sensación de que me llamas.

Dime por favor donde hay un mar,
que no susurre a mis oídos tus palabras.

Dime por favor en qué rincón,
nadie podrá ver mi tristeza;
dime cuál es el hueco de mi almohada,
que no tiene apoyada tu cabeza.

Dime por favor cuál es la noche,
en que vendrás, para velar tu sueño;
que no puedo vivir, porque te extraño;
y que no puedo morir, porque te quiero.

¿Que es el amor?

Armonioso ritmo de dos notas
Indefinible elixir mágico
Murmullo de almas paralelas

Atmósfera de recóndita atracción
Atadura de ambos pensamientos
Vuelo de dos pájaros en el azul
Espuma de olas que convergen.

Puente de dicha en dos direcciones
Rescate del tiempo que se ha ido
Dos suspiros fundidos al viento
Sol de razón que rompe las nubes.

Vino espumoso que embriaga
Embajada del sueño del futuro
Un papel escrito a dos caras
Dos miradas siempre enlazadas.

Melodía sublime cantada a dúo
Poesía realizada en dos versos
Sepulcro eterno de la soledad
Nube esponjosa que nos mece.

Mil pensamientos entregados
Fuente de deseos ofrecidos
Faro guía de dos vidas
Simiente de paz duradera.

Silencios que envejecen compartidos.
Todo eso... es el amor...

lunes, 21 de junio de 2010

Verte Dormido ♫

Verte dormido, cerquita mio,
con la brisita que da tu respiracion,
verte dormido, a media noche,
con la semblanza de estar durmiendo en paz.
Verte dormido, cerquita tuyo,
hay un encuentro a media cama hacia las tres,
verte dormido, de madrugada,
semi desnudo y de frio hasta los pies.
Fantasia, te van mojando el sueño,
se hacen olas en las sabanas,
voy dejandome llevar.

Verte dormido, estrellado como noche,
voy ganandole al cansancio,
y caigo en contemplacion,
el mas hermoso del mundo se me arrima,
se despierta a mi derecha y para mi.
verte dormido y no atreverme a despertarte,
para no perder detalle voy bajando tu perfil,
el mas hermoso del mundo se me arrima,
esa magia es exclusiva y para mi.
Verte dormido, te hablo en secreto,
y te confienso, mas que amor mi devocion,
te veo dormido y tu no te enteras,
y yo susurro una cancion mirandote.
Fantasia, te van mojando el sueño,
se hacen olas en las sabanas,
voy dejandome llevar.

Verte dormido, estrellado como noche,
voy ganandole al cansancio,
y caigo en contemplacion,
el mas hermoso del mundo se me arrima,
se despierta a mi derecha y para mi.
verte dormido y no atreverme a despertarte,
para no perder detalle voy bajando tu perfil,
el mas hermoso del mundo se me arrima,
esa magia es exclusiva y para mi.
Verte dormido si es ver y no tocar,
con tanto cielo y yo sin poder volar.
Verte dormido ooo...
El mas hermoso del mundo se me arrima
esa magia es exclusiva y todita para mi.
Verte dormido, cerquita tuyo,
hay un encuentro a media cama hacia las tres,
verte dormido, de madrugada,
semi desnudo y de frio hasta los pies.

HUELLAS DEL BESO


No sé por qué tus labios me despiertan
besos lejanos que jamás me diste;
no saben desterrarlos, o no aciertan
a dejarlos dormir. Cuando viniste,
rozándome la carne, de puntillas,
nadie te vio, nadie escuchó tu paso,
sino un temblor ligero en mis rodillas,
trémulo de enfrentarme a otro fracaso.

Cuántas veces idéntico sendero
nos conduce a dispares objetivos,
y en el nuevo, no vemos que el primero
aún nos mantiene en su poder cautivos.

Y no sirve pensar que lo pasado
pasado está, que nunca ha de volver;
ayer, más que un diseño ya borrado,
es espectro que vuelve a aparecer
Y así fluye la vida, una amalgama
de incidentes que fueron, y que son,
que no se desvanecen; una trama
de dolores, de olvidos, de ilusión;
como rosa que cada primavera
asiduamente en el rosal florece,
nube inquieta, incesante viajera,
o estrella que a la aurora palidece.

Quizá tus besos son evocadores
de nube transeúnte, antigua rosa,
o estrella cuyos últimos fulgores
se extinguieron, y duerme silenciosa.

Hay tanto nuevo en cada beso, hay tanto
que arrastramos de antiguo, tanta vida,
tanto de gozo, soledad y llanto,
tanto de acogedor y despedida,
que un beso no es un beso solo, aislado,
es una larga historia enmarañada
aflorando a un presente arrebatado,
que abraza todo, y que no olvida nada.

Te quiero


Y mueves el tiempo de mi vida sin horas.

Te quiero
en los arroyos pálidos que viajan en la noche,
y no terminan nunca de conducir estrellas a la mar.

Te quiero
en aquella mañana desprendida del vuelo de los siglos
que huyó su nave blanca hasta el agua sin ondas
donde nadaban tristes, tu voz y mi canción.

Te quiero
en el dolor sin llanto que tanta noche ha recogido
el sueño;
en el cielo invertido en mis pupilas para mirarte cósmica;
en la voz socavada de mi ruido de siglos derrumbándose.

Te quiero
en el insomnio reflexivo de donde ha vuelto en pájaros
mi espíritu.

Te quiero...

Mi amor se escapa leve de expresiones y rutas,
y va rompiendo sombras
y alcanzando tu imagen
desde el punto inocente donde soy hierba y trino

domingo, 20 de junio de 2010

Te Digo Que No Vale ...


Te digo que no vale
meter el sueño azul bajo las sábanas,
pasar de largo, no saber de nada,
hacer la vista gorda a lo que pasa,
guardar la sed de estrellas bajo llave.

Te digo que no vale
que el amor pierda el habla,
que la razón se calle,
que la alegría rompa sus palabras,
que la pasión confiese: Aquí no hay sangre.

Te digo que no vale
que el gris siempre se salga
con la suya, que el negro se desmande
y diga cruz y raya,
al júbilo del aire.

Vuelvo a la carga y digo: Aquí no cabe
esconder la cabeza bajo el ala,
decir no lo sabía, estoy al margen,
vivo en mi torre sólo y no se nada.
Te digo y te repito que no vale.

Solo El Amor Es Real ♥


En nuestra vida terrenal
es difícil recordar que somos almas
y no simples cuerpos físicos.
Constantemente nos distraen,
las ilusiones y desilusiones de este mundo.

Nos enseñan que el dinero y el poder,
el prestigio y las posesiones materiales son de suma importancia
y a veces incluso el motor de nuestras vidas.

Nos enseñan que para ser felices
tenemos que lograr que los demás
nos aprecien y nos respeten.
Estar solos, nos dicen,
es ser desgraciados.

En realidad somos seres inmortales
que nunca se separan energéticamente
de los que aman... tenemos almas gemelas
y familias espirituales que son eternas!!!

Los espíritus guardianes nos guían y nos aman siempre
nunca estamos solos.

Al morir no nos llevamos
las cosas que poseemos;
nos llevamos nuestros actos y nuestras obras,
los frutos de la sabiduría alcanzada por nuestro corazón.

Cuando despertamos a la idea
de que somos seres espirituales,
cambian nuestros valores
y por fin podemos ser felices y estar en paz.

Con La Simple Palabra.-

Con la simple palabra de hablar todos los días,
que es tan noble que nunca llegará a ser vulgar,
voy diciendo estas cosas que casi no son mías,
así como las playas casi no son mar.

Con la simple palabra con que se cuenta un cuento,
que es la vejez eterna de la eterna niñez,
la ilusión, como un árbol que se deshoja al viento,
muere con la esperanza de nacer otra vez.

Con simple palabra te ofrezco lo que ofreces,
amor que apenas llegas cuando te has ido ya:
Quien perfuma una rosa se equivoca dos veces,
pues la rosa se seca y el perfume se va.

Con la simple palabra que arde en su propio fuego,
siento que en mí es orgullo lo que en otro es desdén:
Las estrellas no existen en las noches del ciego,
pero, aunque él no lo sepa, lo iluminan también.

Y así, como un arroyo que se convierte en río,
y que en cada cascada se purifica más,
voy cantando este canto tan ajeno y tan mío,
con la simple palabra que no muere jamás.

jueves, 17 de junio de 2010

Desilusiones

Ya sé. Vos me dirás que sin creer en la gente no se puede vivir, y yo también pienso lo mismo. Que a la gente hay que otorgarle un buen puntaje “de entrada”. De uno a diez: diez. Y con el tiempo se lo confirmamos o le vamos restando de a poco… un punto hoy, [...]

Claves para no perdel el ángel

Aquí está el ángel.
Es redondo y germinador, como una semilla de soles apurados,
que se encienden en la punta de sus dedos
como cañitas voladoras.
Aquí está el ángel.
El que puede llevarnos de paseo por el ancho territorio de la niñez,
y hacer que las mariposas vuelen a nuestro alrededor,
y los pájaros beban nuestra [...]

No me sueltes la mano

Estoy perdida y sola
como un pájaro que retrasó su vuelo
y tu silencio me dibuja sombras
donde los ángeles estaban siempre
(hoy se pusieron túnicas de duelo)
No me sueltes la mano…

me da miedo saberte tan lejano,
me da miedo pensarte tan ausente.
El olvido y la muerte son hermanos
y los dos nos atacan frente a frente.
Este [...]

A veces te preguntas

A veces te preguntas con un nudo en la garganta,
si vivir es “esto”.
Y “esto” quiere decir el sacrificio,
las cuentas que debes pagar,
el sueño a la mañana cuando suena el despertador
que te saca de la cama tibia
para que marches al empleo.
“Esto” quiere decir la rutina, los platos por lavar,
el vestido que ya no [...]

Que el amor sea suficiente

El ángel está como suspendido en un estante alto de la biblioteca,
con su gesto preparado para volar.
Ese ángel de madera de guindo hecho por tus manos
un tono más pálidas que su color de oro ruboroso.
Qué extraño lo nuestro…
Cada vez que hablábamos parecía que algo profundo nos acercaba,
algo con magia y [...]

Hoy hallé esta carta que Papá Noel les escribió
a los niños que no encuentren juguetes junto al arbolito.

Queridos chicos:
Sí, claro que leí las cartas que me enviaron y me sé de memoria
la lista de los juguetes que me pidieron.
Una lista tan larga como el cuello de la jirafa y tan gorda
como el lomo del rinoceronte.

Pero, [...]

Por éste hombre
Por este hombre de manos como nidos yo recorrí todos los caminos,
caí en los precipicios, me zambullí en los lagos y en los mares,
me volví loca de sed en los desiertos, me abrasé en el trópico,
fui enceguecida por el reflejo de la luz sobre las nieves perennes.
Por este hombre de frecuente sonrisa blasfemé, [...]

Soledad

La soledad no es que no haya nadie.
La soledad es ir acompañado por la calle, ver algo que nos llama la atención
y saber que uno no puede comentarlo, porque al que viene al lado no le importa,
o no escucha, o se encoge de hombros, o mira y ni siquiera se encoge de hombros.
La soledad es [...]

Soledad

Que palabra: soledad.

De que color la pintarías si tuvieras que ponerle un color?
Creo que no la pintaría.
No me atrevería a entristecer tanto un color,
a quitarle hasta el último aliento de su energía vital.
La soledad es un buitre
que vuela en círculos sobre nuestra cabeza. Alto.
Lejos. Al principio no la vemos..
Mientras estamos en movimiento, no se atreve [...]

Violetas para Nadie
Las miro, profundamente azules,
con un olor que trepa y se columpia en mi recuerdo.
Violetas. No se me ocurre ninguna palabra para decirte;
ni gracias, ni son muy lindas.

Nada. Mis manos tiemblan
y los menudos pétalos se mueve
como si un aire pesado los moviera.
Un aire que viene de calles caminadas sin apuro,
envueltos tu y yo en [...]


Violetas Para Nadie


Las miro, profundamente azules,
con un olor que trepa y se columpia en mi
recuerdo.
Violetas. No se me ocurre ninguna palabra para decirte;
ni gracias, ni son muy lindas.

Nada. Mis manos tiemblan
y los menudos pétalos se mueve
como si un aire pesado los moviera.
Un aire que viene de calles caminadas sin apuro,
envueltos tu y yo en un silencio
en nada parecido a éste de ahora.
Un aire que viene de tardes
con signos descifrables por la paciencia
lenta y amiga de la ternura.
Un aire que viene de veranos
con oleajes tibios en el cauce celeste de la sangre.
Mi voz y mis
palabras se han quedado en aquel tiempo.
Las busco ahora, buceando en un océano de letra
como peces escurridizos.
Las busco para dártelas y mi voz se niega
mi
voluntad se niega,
todo mi cuerpo es una negativa.
Yo no sabía, creeme que no lo sabía,
me he dado
cuenta ahora.
Pensé que era
amor lo que hacía
resignarme a la monotonía de nuestro días.
Que el amor había hecho
que aprendiera a callar las súplicas.
Que el amor me había convertido
en esta casi-piedra que ni siquiera
pretendía llamarte demasiado la atenció .
Te reías cuando te reprochaba
la escasez de caricias,
de
palabras que enunciaran lo que sentías por mí
Todo estaba sobreentendido,
no había nada nuevo que decir;
y repetir lo que se había dicho antes,
era una cosa tonta, innecesaria.
Te reías cuando los ojos
se me llenaban de lágrimas
al ver cómo negabas, con un leve
y rítmico movimiento de cabeza,
el reclamo del chico o de la florista
para que le compraras un ramillete.
Porque ése no, no era para ellos,
sino para mí.
Iban quedando huecos dentro de mi ser:
un hueco para llenar con flores,
un hueco para llenar con palabras,
un hueco para llenar con ternura.
¿No notaste que en vez de una mujer
tenías a tu lado un abismo profundo?
¿No notaste q e en vez de una mujer
tenías a tu lado el latido veloz de los vientos?
¿o te diste cuenta de que a tu lado
quedaba solamente
la sombra de aquella
que reía apretando tu man y
haciendo repicar las cristalinas agujas de la lluvia?.
¿Pudo engañarte mi contorno material,
la armazón que paseaba mis
vestidos
por la casa ordenada,
el mecanismo perfecto de mis manos
peinando mis cabellos y
retocando el polvo sobre mi nariz?.
La que te amaba,
la que secaba su llanto con tu mirada,
la que se iluminaba cuando
sembrabas besos como estrellas lustrosas
sobre su piel… aquella que te dejó
libar su néctar e injertar en su tallo
la savia de tus ramas…
se ha escapado de mí, ya no soy ella…
No te he engañado:
ahora acabo de darme cuenta.
Ahora mismo apretando en mis manos
este ramo de violetas.
Ahora, mirándolas, profundamente azules
con un color que trepa y se columpia en mis recuerdos.
No se me ocurre ninguna palabra para decirte,
ni gracias, ni son muy lindas.
Nada. Porque la ceniza cae sobre menudos pétalos
Y has comprado violetas, sí, pero muy tarde.
Violetas para nadie…


miércoles, 16 de junio de 2010



















































CON UN AMIGO: UNA ALEGRÍA COMPARTIDA SE TRANSFORMA EN DOBLE ALEGRÍA; UNA PENA COMPARTIDA, EN MEDIA PENA.

sábado, 12 de junio de 2010

Hay que sacarle el llando a la muñeca


Yo ya no puedo sorprenderte, claro, porque no llego a vos en el primer momento, caminando con pasitos de aire por los breves senderos de la infancia, ni viajan por mi piel, como arañas de luz, las manos de mi mamá; ni me hace los moños de las trenzas mi abuela...
Yo ya no puedo sorprenderte porque tu cuerpo viajó por entre los vestidos floreados de las muchachas doradas del verano, se quemó en los brazos, fue marcado por dientes y por uñas de mujeres.
Yo ya no puedo sorprenderte, claro..., porque mis palabras tienen la redondez pulida de la moneda que se fue gastando de tanto recorrer manos y bolsillos.
Entonces..., ¿por qué te enamorás de mi? ¿Por qué te sonreís cuando dibuja tu cara con mis dedos? ¿Por qué estas contento y enojado a la vez, como un niño en el día de su cumpleaños?
Yo no pedí crecer. Y vos tampoco.
Pero parece que aunque uno no quiera...
Y en ese tiempo de crecer nos fuimos dando a otros; yo no veía que vinieras caminando hacia mí. Vos no veías que yo iba a tu encuentro... porque la vida es un pasillo angosto y el futuro nos viene llegando de uno en fondo, y pasa -sólo de quedan sobre nuestros hombros, encaramados como niños tercos, los dolores terribles- . ¿Sabés?, yo no quería conocer otra gente que no fuera la gente pachorrienta del pueblo aquel de calles de tierra apisonada. Yo no quería sobresaltarme por el ruido de las bombas, por el ruido de los trenes apurados, por el ruido de las bocinas insistentes, por el ruido de las voces que insultan, por el ruido de la fe que se astilla y cae en mil pequeños pedacitos de vidrio por sobre los que caminamos descalzos sin darnos cuenta, y nos arde, y nos hiere.
¿Sabés?, yo no quería llegar a este cansancio de andar cuidándome la espalda porque el ángel guardián se voló lejos y hay que buscarlo en las canciones, en el ladrido del perro que juega con los niños en la plaza, en el apodo con que nos nombraban para llamarnos a tomar a sopa... (Pero, abuela, tapioca..., me gusta más de letras para escribir cositas a la orilla del plato, en un borde un rosas rococó y hojas verdes... Pero, abuela, tapioca..., me gusta más de estrellitas para inventar un cielo en el fondo del plato y así pensar que el techo de casa es transparente y el cielo de verdad se mira en un estanque que me puedo comer por cucharadas...).
Yo ya no puedo sorprenderte, claro..., porque conocés lo que hay dentro de todas las valijas y lo que hay dibujado en los mapas y lo que queda dibujado en los seres despude laés de las tristezas, después de las derrotas, después de las batallas.
Hombre realista y parco.
Hombre bien afirmados los pies sobre la tierra.
¿Y si yo te dijiera que sos mago?
¿Y si yo te dijiera que soy, entre tus manos, una galera de la que podés sacar flores descarzas, grillos, caracolas de mar, un pedazo de cielo de ese que solamente se estira sobre el campo?
¿Y si yo te dijiera que, a veces, cuando el silencio es completo y tu recuerdo cava un hoyo hasta quedarse acariciando mi corazón desnudo, veo el veranos cabalgando en el viento, muchacho azul embarullándome el pelo?
¿Y si yo te dijiera que de mi infancia solamente recuerdo una muñeca con la cara de loza, una dulce muñeca que lloraba lágrimas de verdad; y que recién ahora, desde que te conozco, me he inventado un montón de cosas verdaderas con olor y con forma y con aliento humano para llenar los huecos en donde no había nada?
Vení, con tu pañuelo sécale el llanto a la muñeca. Y decime que aunque no pueda sorprenderte ni asombrarte con nada vas a quererme igual, vas a ser igual mago, vas a escuchar mis inventos de niñez y jardines y alegrías y vas a tratar de convencerme de que no era verdad que mi muñeca lloraba por mirarme tan triste (porque eso fue lo único que sucedió realmente cuando yo era pequeña).


"¿Por qué me quieres?" ♥


A veces hay preguntas q parecen no tener respuestas. En realidad, la respuesta es tan amplia que necesitamos mucho tiempo y muchas palabras para responderlas.
Una noche, cuando susurré en tu oído: "te quiero", me preguntaste por qué. Entonces no supe muy bien qué decir, me faltó el aire... y te repondí con un juego de palabras: "te quiero porque te quiero".
Pero, a partir de ese momento, comencé a reparar en detalles, miradas, acciones e instantes compartidos. Y me di cuenta de que, si bien algunos sostienen que al amor le sobran las palabras porque tiene un lenguaje propio, es bueno expresar lo que sentimos.
Por todo esto hay quiero enumerarte, de una modo simple y sincero, las razones de este amor, razones que tú has construido y que se forjaron a través del tiempo. Espero que sean lo suficientemesnte fuertes como para completar aquel improvisado -pero sentido- "te quiero porque te quiero".

Te quiero porque...
Transformaste mi vida desde el instante mismo en el que te conocí.
Lograste que aprendiera a expresar mis sentimientos sin timidez ni miedo.
Desde que llegaste a mí, me has enseñado la verdadera dimensión de lo que es compartir... la noche, el frío, la felicidad, las lágrimas, un trozo de chocolate, una caminata, el silencio y, por sobre todas las cosas, la vida.

Te quiero porque...
Algunas mañanas me sorprendes con el dulce aroma del pan tostado y el café caliente, en la cama.
Muchas veces me robas un beso cuando nos detiene un semáforo.
Te acuerdas de nuestro aniversario... o te desvives por remediarlo, si lo olvidas.
Leemos juntos el periódico cada domingo.

Te kiero porque...
En las vacasiones, disfrutamos de recorres juntos la playa al atardecer.
Conoces mis canciones preferidas y las grabas para mí.
Estás en todos mis sueños y proyectos y me haces saber que también estoy en los tuyos.
Al despedirnos anhelamos reencontrarnos.

Te quiero porque...
En las épocas difíciles nos damos fuerza mutualmente para levantarnos cada mañana y salir adelante.
Al encender mi computadora, tus mensajes son los primeros que leo.
Mantenemos viva la pasión. A pesar de estar seguros, nos gusta correr algún riesgo para no aburrirnos nunca.
Nos abrazamos a menudo.
Compartimos nuestros triunfos.
Después de un día difícil, me consientes con un buen masaje con aceites esenciales.

Te quiero porque...
Contigo la vida tiene un toque especial, que tiñe mis días de ilusión y esperanza.
Siempre me llamas cuando se te hace tarde, y te preocupas si yo me demoro.
Sabemos que el mejor regalo no es más costoso.
Cumples tus promesas y respetas tu palabra, especialmente, porque no me prometes cosas imposibles.

Te quiero porque...
Sebes apreciar mis virtudes y no exageras mis defectos.
Tu sola presencia es mi consuelo en medio de la confusión y la angustia.
Me haces saber que si todo volviera atrás me eligirías nuevamente.
Te encanta improvisar mini vacaciones algunos fines de semana y llevarme a lugares solitarios.

Te quiero porque..
Cuando me miras sabes cómo llegar hasta mi corazón.
Nunca me criticas en público. Si algo te disgusta me los haces saber discretamente.
Siempre te acuerdas de darme un beso de buenas noches.
Tallaste nuestros nombres en un árbol, con una ilusión adolescente.

Te quiero porque...
A veces, en medio de la noche, mientras duermes, me dices "te amo".
A tu lado todo parece seguro.
Cuando sabes que puedo dormir hasta más tarde, te levantas en puntas de pie para no despertarme.
No tratas de competir sino de compartir.

Te quiero porque...
Eres capaz de quedarte a mi lado en completo silencio y hacerme sentir que igualmente estamos comunicados.
Colaboras para que la vida cotidiana nunca sea una rutina.
Conoces como nadie mis secretos.
Mantienes tu espíritu aventurero y rebelde, y sigues creyendo que es posible hacer un mundo mejor.
Vivimos intensamente el presente, pero no descuidamos nuestros planes futuros.
Te encantan las historias de amor y los amores que hicieron historia.

Te quiero porque...
Siempre me emociono cuando veo nuestras primeras fotos juntos.
Eres capaz de ver varias veces por televisión esa película que me gustó tanto.
Me inventas sobrenombres cariñosos.
A veces, sorpresivamente, pasas al mediodía por mi trabajo para que almorcemos juntos, aunque tengamos poco tiempo.

Te quiero porque...
Cuando discutimos, los dos nos quedamos tristes y buscamos la primera oportunidad para reconsiliaros.
Tus celos son de la medida exacta como para demostrarme que me quieres, pero no acortas mi libertad.
Eres mi remanso en un día agitado.

Te quiero porque...
Organizaste una increíble fiesta sorpresa para mi cumpleaños y no olvidastes invitar a nadie, ni siquiera a algunos amigos míos que no te simpatizan demasiado.
Cada vez que te agobia la realidad me dices: "lo que más desearía en este momento es estar contigo en una playa desierta."
Cuando imaginas el futuro siempre pones en evidencia tu compromiso conmigo y con este amor.

Te quiero porque...
Estuviste -

Por Este Hombre


Por este hombre de manos como nidos yo recorrí todos los caminos, caí en los precipicios, me zambullí en lo lagos y en los mares, me volví loca de sed en los desiertos, me abrasé en el trópico, fui enceguecida por el reflejo de la luz sobre las nieves perennes.
Por este hombre de frecuente sonrisa blasfemé, grité, mordí, me diferencié bien poco de las bestias.
Por este hombre de tranquilos gestos llegué a pensar que Dios era mentira.
Por este hombre que miraba asombrado la tristeza en mi rostro.
Por este hombre que no entendía el motivo de mis llantos.
Por este hombre que huía de mis explosiones y se encerraba en un sueño que lo aislaba de mi dura realidad.
Por este hombre yo he pasado noches levantada, maquinando venganzas al mirarlo dormir como si nada de mí le interesara.
Por este hombre conocí las luciérnagas que se encienden en la sangre y producen una hoguera en el territorio del cuerpo enamorado.
Y aprendí también a castigar diciéndole que no.
Y aprendí la soledad, el empecinamiento, la rabia, la rutina, la garganta ahogada, los celos, la desconfianza, el miedo, los reproches, las espinas, la sal.
Por este hombre conocí la bruma, la oscuridad, la asfixia.
Por este hombre no me quedé quieta desde el día en que decidimos intentar todo juntos.
No tuve reposo ni quietud. No tuve tiempo para otra cosa que no fuera exigirle, exigirme, pedirle, darle, quitarle, obligarlo a recibir.
Por este hombre de voz pausada y ojos comprensivos ya no me queda nada por conocer.
Todas las trampas, todas las redes, todas las cadenas, todos los matices. Y soy una mujer igual a todas. Y él un hombre muy parecido a todos.
Y la nuestra, una historia que se repite a diario, una historia que se escucha y se huele detrás de las puertas cerradas y las persianas bajas. La historia que comienza a entretejerse cuando los platos de la mesa quedan limpios y los niños se duermen. La historia con iniciales de cansancio, que a cada uno le parece única, irrepetible, diferente.
Es la historia de la falta de tiempo para estar juntos. La historia del cansancio y el sueño. La historia de ser jóvenes y tener que luchar por el futuro.
Y él no entiende por qué una es tan dramática.
Y él no entiende por qué una le da importancia a cosas pequeñitas como el olvido de una rosa.
Y una lo ve un monstruo frío, sin compasión ni sentimientos.
Y él la ve a una imposible, incapaz de aceptarlo, de conocerlo.
Y el orgullo de ambos, el empecinamiento, la fatiga; las heridas constantes van dibujando un límite que separa...; primero puntos suspensivos, como los de los mapas; después, un hilo de agua; por fin, una montaña.
¿Y dónde están los que una vez sintieron que no podían vivir separados? ¿Dónde están los que temblaban cuando sus manos se rozaban apenas? ¿Dónde, los que recibían la madrugada conversando?
Allí, a cada lado de la montaña, solos.
Cuestión de dar un paso y voltearla.
Cuestión de hacer caer la piedra con los llantos.
Cuestión de desviar el curso de los ríos para que la echen abajo. Sólo bastó que yo le entregara mis ojos mansamente y lo dejara mirarme en ellos.
Que se ablandara mi tensión, y mi cuerpo reconociera en él al dios, al mago. Que refloreciera mi ternura. Que dejara fluir naturalmente mis palabras, mis pensamientos, mis ganas.
Por este hombre de manos como nidos. Por este hombre de tranquilos gestos. Por este hombre de voz pausada y ojos compresivos, conozco la felicidad, la paz, la suerte de haber llegado a un puerto sin tormentas, a una orilla de luz, a una permanente construcción, a un encuentro en el que nos reconocemos y nos necesitamos.

Salto al Vacío


Hemos repasado el menú varias veces, estoy segura de que pedirás un lomo a la pimienta "a punto" con papas a la crema, y yo, como resignada, me inclinaré por una omelette fines herbes. Hay mucho trabajo en la cocina, dice el mozo, entonces otro lomo.
Entra y sale gente. Mujeres con polleras hasta el piso o la mitad del muslo. Hombres con cabelleras de muchachos y remeras apretadas. De pronto quisiera comentarte algo un chiquilla tan parecida a Celina ... pero estás siguiendo con los ojos los movimientos malabares del mozo del vino que sirve la mesa de al lado. Enmanteco un trozo de tostada y lo mastico, mas por gula, por ansiedad, que por hambre.
No necesitás que te llame la atención de ésa que entra por el parecido con Claudia Cardinale. Los veinte le saltan por lo brazos, se le escapan por los pechos, suenas como cascabeles. Va sin corpiño. Se le nota. Lo notan todos.
Una envidia que no es envidia precisamente por ella, me enturbia.
Envidio un tiempo irreversible, unos pasos que no pueden ser repasados. Si me suelto el elástico delsoutien, mis pechos no llegarán aún a mi cintura, pero me alargarán con un gesto de tristeza.
Ya no podré entrar nunca en un restaurante con esa risa anunciadora de las cosas que pueden suceder o sucederán, sencillamente.
- Aquí, Alejandra, aquí- y él descorre la silla para que ella se siente.
Hablan. No paran de hablar. Cuchichean. Dan vuela las cabezas, se ríen fuerte.
Mezclan milanesas con fideos a la manteca negra y un jarra de blanco de la casa...
La has olvidado pronto. Extendés la servilleta sobre tu pantalón.
- No sé por qué uno tiene la maldita costumbre de salir los sábados, habiendo otros seis días en la semana- filosofás hondamente.
- No salimos "tantos" sábados. Hace tres meses que no íbamos a ningún lado.
Tu respuesta es un encogimiento de hombros y el ruido de un pedacito de tostada triturada por tus sanos dientes que hacés revisar casa seis meses y cepillás cincuenta veces hacia arriba y abajo todas las mañanas.
Alejandra se saltea las tostadas, se saltea los platos vacíos y sus dos manos van a parar al nido moreno de las manos de él.
Por debajo de la mesa miro indiscretamente su piernas rozándose, tropezándose, jugando un juego aparte del de su manos, sus risas, su palabras.
- El lunes tengo que levantar el documento de Gutiérrez, y Gervasio todavía no me trajo el cheque...
Podría replicarte que me importa un pepino, pero muevo la cabeza como si la preocupación me invadiera desde el pelo hasta los pies.
Por fin los lomos, las papas sabiamente recalentadas, "por favor sal, mozo". Mientras masticamos no hay necesidad de hablar. Es como estar eximidos de buscar excusas por un rato.
La botella de borgoña se esfuma en un momento. Nunca me gustó el vino. Pero esta noche tengo ganas de dormir como un tronco.
Alejandra no para de hablar. Lo tiene al muchacho suspendido de los pajaritos celestes de sus palabras. Por encima de la mesa, un campanario y un cielo. Por debajo, un campo de rosales.
Pero si no hace tanto tiempo. Yo me acuerdo. Yo lo he vivido. Así, bullente, fresca, torpe, omnipotente. Creyendo, además, que todos esos gestos eran inmortales, repetibles, incansables; que no envejecerían.
Y doce años después, fijate vos, Alejandra, mirá esa pareja muda en la mesa de al lado. "¡Qué aburridos! ¿A qué vendrán?". A comer, a masticar un pedazo de silencio, a navegar en borgoña...
Y no podría explicarte cuándo empezó. Qué día, a qué hora. Cuál fue la primera vez que en lugar de discutir dije "tenés razón" y me quedé callada.
Cuándo fue la primera vez que me enrollé en la sábana para que no me despertara esa noche; ni la vez que estrené un camisón impregnado de dioríssimo y él se quedó dormido antes de que me metiera en la cama.
Tampoco puedo decirte que no me quiere o que no lo quiero. Podría darte un ejemplo: hay pájaros brillantes, multicolores, bellos...; nuestro amor de ahora es tan sólo un gorrión.
De mí, a él le debe fastidiar ciento de cosas. Las tolera, más que por costumbres, por falta de voluntad para enumerarlas o echármelas en cara.
De él... de él me fastidia esa capacidad absurda de los hombres para "desconectarse" en medio de una discusión y dormirse, y esa otra capacidad terrible de olvidar las afrentas a las cuatro de la mañana y arrancarme el sueño con caricias que rechazo, que insisten, y al fin... todo cae en un torrente que me arrastra y me gusta y me disgusta y nos devuelve a cada uno en su orilla: él regresando al sueño y yo, a mi rabia hecha de soledad e insomnio.
Has vuelto a dormirte y yo me aburro dando vueltas, enciendo el velador, roncás descaradamente y te sacudo para que te pongas de costado. Voy a la cocina, quisiera algo dulce, pero en la heladera solamente hay agua y un porrón de cerveza. Me tomo la cerveza para que me dé sueño.
Tan sólo doce años, Alejandra. "Nada más que con mirarnos ya sabemos lo que nos queremos decir". No. Rebelate, Alejandra. Son mentiras. Con la mirada no se dice todo. Ni con la sonrisa. Ni con las manos apretadas. Ni con el juego de piernas debajo del mantel.
Es con todo junto que se dice todo. O nada. O la piadosa, torpe, remanida mentira de que "me voy encima de vos porque te quiero ¿ves?", y es solamente porque, después de doce años, los resortes del colchón están cedidos en el medio de la cama, y a veces nos despertamos apretados en un pozo, como si hubiéramos estado, a lo mejor, en sueños, abrazados.

El Arenal


Rueda tu adios. Rueda como el viento sobre las arenas del desierto, levantando un oro que resplandece al sol, quema, lastima los ojos. Y entonces el llanto corre por mi rostro y tengo que inventar cualquierexcusa para cortar la charla o el trabajo, me entró una basurita, se me hace tarde, chau.Rueda como una piedra, y montaña abajo,corazón abajo, vaformando un alud, ytanta nieve me aplasta, me ahoga. No puedo, no puedo soportarlo. Quiero arrancarme el adiós de encima, quiero liberarme del adiós.Y nada. No puedo.Podrá decirte que tu adiós tiene más poderes sobre mí que los que tuvo tu amor.Porque cuando me amabas, cuando el mundo era hermosísimo y transparente, tu amor era un aliento leve que me contenía y en él podía ir y venir, moverme como dentro de las aguas de un río calmo y refrecante, remontarme a los territorios de la infancia, columpiarme entre nubes de mariposas anaranjadas apantallando al verano con sus alas inquietas.Cuando me amabas yo podía ser un vértigo.Cuando me amabas yo podía ser un canto subiendo por los valles,repicando en los campanarios, girando en las aspas de los molinos,trepando sin cansancio las escaleras de la lluvia. Un canto viajando por montañas, multiplicándose en el eco de algunos desfiladeros, empapándose en la humedad de las gramillas ...Cuando me amabas yo podía ser un ave.Cuando me amabas yo podía ser una MUJER.Podía pasarme largo tiempo delante del espejo poniéndole colores a mi rostro, perfumando mi cuerpo, tratando de parecer bella para que VOS pensaras que era bella.
Podía recorrer las calles mirando vidrieras para elegir la ropa que te hiciera decir: hoy estás linda, te queda bien el verde o el azul o elturquesa...
Cuando me amabas yo podía ser... el universo, con todo lo que tiene dentro el universo.
Pero libre, libre, libre de estar con vos o estar por ahí, queriéndote cuando se me daba la gana o todo el día o unos minutos; cerrandolos ojos y encontrando tus palabras dentro de mí. Estirando mis manos y encontrando tu cuerpo, o el recuerdo de tu cuerpoestremesiéndome.
En cambio, ahora ... desde tu adiós, soy una esclava, una pobre esclava de la tristeza, del abismo.
Quiero pensarte, y una nebulosa me ciega los ojos.
Quiero tocarte, y un vacío me circunda.
Quiero hablarte, y un silencio aborta mis palabras.
Cierro los ojos, y te vas escapando por un tragaluz que no me permite alcanzarte ni con la mirada ni con el recuerdo ni con el grito...
Tu adiós me ha paralizado...
Detuvo las agujas del reloj... y ¿por qué, por qué no detuvo los latidos de mi corazón... ?
¿Por qué no me corto el aliento?
Solamente me corto las alas, me dejó convertida en estatua, sin sueños, sin quimeras, sin esperanzas, sin camino delante, sin luz, sin trinos. Como un árbol partido por el rayo, quemado, atado a sus raíces secas que lo mantienen, quién sabe por qué, en pie.
Y soy un arenal de revueltas arenas, en donde no crecerá nada,nunca más, por los siglos de los siglos.
Y ni siquiera amén.